De Madrid al cielo nos vamos a ir, y nunca mejor dicho. Con
avión, uno estupendo que hace escala en Miami, que siempre suena glamuroso se
pronuncie como se pronuncie.
Y para llegar hasta aquí hemos trabajado duro con los preparativos,
los contactos desde España, el material de documentación, rutas, estados,
haciendas, alojamientos… hasta el minuto final en que cierras la maleta y te
pones en camino.
María confiesa que le ha hecho varias cribas, “porque hay
que viajar ligero de equipaje”. Estoy de acuerdo. A pesar de ello, ha
conseguido meter todo esto:
Mañana mismo de un salto se planta en el aeropuerto de Madrid,
pasaporte en mano y sonrisa dormilona en la mirada, porque su autobús sale a
las 4:15am de Valladolid.
Le pido que me mande una foto de tres cosas que considera imprescindibles
para este viaje.
1.
Mallas, porque pesan y ocupan poco y las puedes
llevar en la mochila y ponértelas o quitártelas en cualquier momento, según sientas
frío o calor.
2.
Libreta con todo lo relacionado con este viaje,
y para seguir recogiendo ideas y recuerdos.
3.
Una braga, elemento multiusos donde los haya,
para cualquier tipo de inclemencia meteorológica.
También yo me he currado una maleta ajustada a nuestras
necesidades. Echaré de menos cambiar de pendientes cada día y muchos de mis
zapatos, pero sobreviviré. Este ha sido el resultado:
¿Mis imprescindibles? Facilito: un pañuelo para el frío (soy
de garganta débil), una libretilla con miles de anotaciones que compré exprofeso
para este viaje y la cámara de fotos de mi móvil, que va a arder durante este
mes.
Y así, con tres básicos y cuatro cosillas más nos ponemos en
marcha.
Aquí comienza el viaje.
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